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CERVEZAS REGIONALES


El gran valor del oficio Artesanal

En el Chile del siglo XIX, la colonia europea la elaboró para consumo personal. No tardaron mucho en convertirla en un negocio. Así, Karl Anwandter logró en Valdivia una increíble producción de millones de litros anuales.

Décadas después, Cervecería Kunstmann daría vida a la receta original de Anwandter, como un homenaje al colono alemán, siguiendo el legado de este inmigrante. Hoy exporta sus variedades a otros países del continente.

Pero no es la única, decenas de productores como Cuello Negro, Calle Calle y otras más de 40, sumado a bares especializados crecen hoy en Valdivia y la región.

Aromas y sabores en diferentes estilos nos transforman en la capital cervecera de Chile.

Hacer cerveza artesanal es un arte que requiere de tiempo, paciencia, rigurosidad, estudio, práctica. Un oficio manual que involucra mente, corazón, cuerpo y espíritu. E incluimos el alma, porque es ella quien da al maestro o maestra cervecera la energía para disfrutar cada fase del proceso, incluidos unos 15 días de espera desde su elaboración, soñando el día en que podrá beber su creación para saber si está correcta o no. Y mientras la prueba, imagina en su mente los rostros de quienes la beberán, disfrutando de los aromas y sabores que ha puesto en su receta.

Ahora sabes que cuando tengas un vaso de cerveza artesanal en la mano estás disfrutando una receta amada por algún maestro o maestra cervecera.

Observa, huele, degusta, comenta, compártela. Elije un bar o restaurant y lánzate a la aventura cervecera Valdiviana.

Cecilia Lopez